Descripción
La melisa ayuda en situaciones de irritabilidad nerviosa, episodios leves de insomnio, palpitaciones nerviosas o taquicardias, y migrañas nerviosas, estados de ansiedad leves y puntuales, y en depresiones muy incipientes.
Tiene un efecto diurético y tranquilizante y puede ser un aliado para las personas hipertensas.
La melisa destaca por sus virtudes digestivas y aperitivas. Ayudará a recobrar el apetito tras una convalecencia, combate los desarreglos digestivos, las digestiones pesadas, la sensación de empacho, los espasmos gastrointestinales, la diarrea y la inflamación gástrica o gastritis. Alivia los gases, los meteorismos y la hinchazón abdominal, y previene el mal aliento y el mal sabor de boca.
Se le atribuye un efecto de estimulación de producción biliar.
Se comporta como antiviral y expectorante. Ayuda a combatir la influenza o gripe, reduce la congestión de las vías respiratorias y devuelve el bienestar. Está indicada en caso de bronquitis y procesos asmáticos leves.
Alivia los trastornos de la menstruación, en menstruaciones dolorosas o dismenorreas, y algunos de sus diferentes síntomas, como el dolor lumbar, los dolores espasmódicos y la migraña. Se recomienda asimismo para mujeres en la perimenopausia, para aliviar también algunos de sus síntomas, como dolores musculares, migrañas y estados depresivos leves.
Por su acción antiviral se usa para tratar el herpes simple.
Y por vía externa, en lavados y baños, se aplica también como astringente y cicatrizante sobre heridas, llagas, rasguños, y también sobre picaduras de insectos (avispas, tábanos, etcétera)
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